lunes, 15 de agosto de 2011

No hace falta seguir hablando y pensar en que podemos cambiar. No es lo mismo en lo que pensamos y así no se puede progresar. Cuantas veces intenté sacar eso de vos que no me atraía, cuantas veces con mentiras me lograste callar. Una vez más volví a caer, y aprovechándote de mi debilidad te sumergiste como si yo fuera un mar de amor. Lograste ahogar mis esperanzas y braceaste llegando a la orilla de mi ser para marcharte. Mojado y feliz, al menos eso parecía. Por delante te esperaban tantas cosas, y por detrás dejabas en pena a una mujer que supo amarte y sentir algo que jamás otra podrá entender. No reprocho mi sufrimiento haciéndote responsable de mi dolor. Solo intento aclarar el cielo negro que dejó tu falta de amor. No busco que vuelvas ni siquiera pienso en verte. Porque se que no valdría la pena volver a tenerte. De otra serás y a otra amarás, porque no quiero que me vuelvas a buscar. Y si algún día este mar logra cruzar el océano, y si algún día te cruzase por algún río paralelo. No voy a darte la espalda, mis aguas rozarán las tuyas, salvo que ahora ya no vas a hacerte parte de él. Me vas a ver pasar, me vas a ver crecer y vas a comprender que quizás en aquel mar podrías haber hallado miles de tesoros

No hay comentarios:

Publicar un comentario