domingo, 9 de octubre de 2011


Esa noche, hace pocas horas, descubrí que puedo ser una mujer y una niña al mismo tiempo y eso me agrada bastante. No es muy sano que digamos enfrentarse a la vida con ojos mas adultos por así decirlo. Es fastidioso que te recriminen tus errores como si fueras una calculadora con poca pila. A veces suelo no escucharlos, pero otras lo hago sin querer hacerlo, y duele. 
Las risas de mi infancia rebotan solo en los sueños más insignificantes para los demás, pero tan valorados en mi interior. Como si un mar de dulces se abalanzara en los rincones más pobres de un jardín infantil, y aquellos niños que no suelen sentir su sabor se desesperen por abrir un dulce tras otro.. 
Me siento vacía al escribir, como si no fuera más una niña, me siento dispersa y sin vida en este texto. Me siento mayor. 
Pero si yo soy la misma que saltaba la soga y jugabas a las escondidas tan solo años atrás, solo pasaron los años y agregaron a mi vida un poco de responsabilidad. Soy esa que fui y soy hoy lo que ves, tal vez mañana siga siendo yo, a menos que me rapte un marciano y me convierta en uno de ellos, pero eso es prácticamente imposible, 

No hay comentarios:

Publicar un comentario